Otra
gran tragedia se ha dado en el mundo actual, en la cual tres jóvenes
musulmanes fueron brutalmente asesinados en la ciudad estadounidense
de Chapel Hill en Carolina del Norte, por un hombre que ha sido
caracterizado como ateo por los medios, dando a entender que ésta
fue la principal causa para cometer este atroz e injustificado
crimen.
Mientras los medios norteamericanos y en menor medida europeos expandieron y multiplicaron una versión de la noticia como si fueran peces, la “enmarcaron” como un hecho de intolerancia religiosa, en donde TVN de Chile, aprovecha para tirar más arena sobre los hombros de los no creyentes en una nota en el mismo tono, sin hacer un mínimo análisis. (presumo por flojera y economía editorial)
Pero los medios no solo tienen la responsabilidad -no exclusiva- de este framing (enmarcamiento), sino que también del giro radical hacia esta versión, desde su anterior posición de ignorar casi por completo los hechos (en USA), recibiendo todo tipo de críticas desde las redes sociales. Así, todas las especulaciones han sido basadas inicialmente en las declaraciones de familiares, que motivan el crimen como una agresión que surge de rencillas contra su creencia religiosa. En esto, apologistas religiosos han intentado posteriormente convertir el hecho en un empate para con sus críticos “descreídos”, que hasta acá no tenían en sus filas de “militantes”, un comportamiento equivalente a las atrocidades cometidas en nombre de la religión, incluso motivando graciosos “memes”.
Mientras los medios norteamericanos y en menor medida europeos expandieron y multiplicaron una versión de la noticia como si fueran peces, la “enmarcaron” como un hecho de intolerancia religiosa, en donde TVN de Chile, aprovecha para tirar más arena sobre los hombros de los no creyentes en una nota en el mismo tono, sin hacer un mínimo análisis. (presumo por flojera y economía editorial)
Pero los medios no solo tienen la responsabilidad -no exclusiva- de este framing (enmarcamiento), sino que también del giro radical hacia esta versión, desde su anterior posición de ignorar casi por completo los hechos (en USA), recibiendo todo tipo de críticas desde las redes sociales. Así, todas las especulaciones han sido basadas inicialmente en las declaraciones de familiares, que motivan el crimen como una agresión que surge de rencillas contra su creencia religiosa. En esto, apologistas religiosos han intentado posteriormente convertir el hecho en un empate para con sus críticos “descreídos”, que hasta acá no tenían en sus filas de “militantes”, un comportamiento equivalente a las atrocidades cometidas en nombre de la religión, incluso motivando graciosos “memes”.
Lo
cierto es que Craig Hicks tiene declaraciones contra las religiones,
incluso considerándose un “ateo armado”, más aún, se ve a si
mismo más bien como un anti-teísta. Sin embargo, los encargados de
la investigación han sido bastante más cautos que el observador
promedio, y han argumentado que una posible causa del hecho -entre
otras- habría sido una disputa sobre un estacionamiento, y no
directamente un crimen de odio. Mientras variados comentaristas
apuntan a estas declaraciones como indicativo del potencial peligro
de los “militantes” ateos o el subgrupo de los anti-teístas,
fallan en ver que las opiniones de Hicks van dirigidas a todas las
religiones y no en específico al islam, y al mismo tiempo, pasan por
alto otras declaraciones suyas dirigidas a reconocer la legitimidad
de la libertad de culto, o que su real
obsesión eran las armas,
Hoy
en día, la tendencia mostrada por estos apologistas religiosos es
parecida a las caricaturas que se han hecho de sus propios
practicantes, en el cual el estereotipo que se intenta formar no hace
justicia a los hechos reales, ni a lógica alguna. En este sentido es
cuestión de ver todo lo que se piensa y dice contra los musulmanes,
sin ver el esfuerzo de unos pocos por reformarse (sucedido en el
último tiempo), con ejemplos prácticos como el del anillo humano
formado por las juventudes musulmanas de Oslo (Noruega) para proteger
la sinagoga local, luego del ataque
con resultado de muertes en una conferencia sobre libertad de
expresión en Copenhage (Dinamarca). Lo destaco, porque esto -tanto
las expresiones de condena a atentados, como protección directa de
judíos- no ocurría hace un corto tiempo atrás, dado el
antisemitismo incrustado en el Islamismo.
Lamentablemente para las religiones Abrahámicas que dominan hoy nuestro mundo, y en específico para el Islám, la relación entre las atrocidades que cometen sus legionarios y sus libros sagrados, es directa. Es por esto que se culpa a la religión y no se acusa como un acto individual. Peor aún, estos libros envían a matar pueblos enteros, niños, condenar a muerte a homosexuales, infieles, etc. y sus mandatos son inamovibles, un dogma, pero en las manos del elegido de turno son hábilmente torcidos y seleccionados con pinzas (cherry picking en inglés), que interpretan lo que más les conviene y gusta. Así, al final de la suma de conflictos y desavenencias entre lecturas del dogma, tenemos más de 40.000 denominaciones cristianas, a ortodoxos y observantes judíos, musulmanes sunni y shia, etc. y también así tenemos desde las versiones más benevolentes y sus seguidores, hasta los segregadores Opus Dei, los pedófilos Legionarios (defendidos por la “santa sede” y JPII), los cómplices de genocidio en Ruanda y el Ku Klux Klan. También los evalgélicos que queman rostros de niños con ácido de baterías acusados de brujería en áfrica, y los cristianos que realizan circuncisiones femeninas (compartido con el Islám), tenemos al pastor Soto y la Westboro Baptist Church. Y para que notar todo lo que se sabe hasta ahora, del no reformado Islám.
¿Qué se puede decir del ateísmo entonces? ¿No son acaso sus militantes igual de extremos como lo demuestra este asesinato?
La acusación siempre está en la veta del “militantismo” que se ha mostrado en los últimos años por parte de los ateos, que por su actitud desafiante -al contrario de la tímida y escondida de tiempos anteriores- ha llevado hasta rebautizar la postura como “nuevo ateísmo” (que no tiene nada de nuevo). Esto a su vez, ha llevado a intentar igualar al movimiento de “descreídos” con el fundamentalismo que se ha desarrollado en las distintas religiones.
Pero nuevamente lamento por las religiones Abrahámicas, que no haya una relación directa entre ser ateo y el asesinar fríamente a alguna persona religiosa, o como en este caso a tres jóvenes musulmanes(as). El ateísmo no es una ideología. Es ilógico que un descreído vaya a matar a alguien porque su “NO-libro”, o su NO dios justifique esta u otra matanza. La postura de este tipo de personas es de negación ante la propuesta de que “el todo” ha sido creado por un ente antropomórfico (e incluso no antropomórfico), y que por esto, uno debe venerar a dicho ente suprapoderoso diariamente, porque si no, uno será castigado en “la eternidad”. Y ojo! que también se es observado por éste personaje diariamente, cuidando de que no se rompan ni sus reglas, ni su veneración. Para poder creer en tal proposición se necesitan ciertas evidencias, las cuales no se han puesto al alcance de ninguna persona hasta ahora, dejando al ateísmo como la negación de una proposición. Por esto no es una ideología, es simplemente una postura frente a un planteamiento.
Lamentablemente para las religiones Abrahámicas que dominan hoy nuestro mundo, y en específico para el Islám, la relación entre las atrocidades que cometen sus legionarios y sus libros sagrados, es directa. Es por esto que se culpa a la religión y no se acusa como un acto individual. Peor aún, estos libros envían a matar pueblos enteros, niños, condenar a muerte a homosexuales, infieles, etc. y sus mandatos son inamovibles, un dogma, pero en las manos del elegido de turno son hábilmente torcidos y seleccionados con pinzas (cherry picking en inglés), que interpretan lo que más les conviene y gusta. Así, al final de la suma de conflictos y desavenencias entre lecturas del dogma, tenemos más de 40.000 denominaciones cristianas, a ortodoxos y observantes judíos, musulmanes sunni y shia, etc. y también así tenemos desde las versiones más benevolentes y sus seguidores, hasta los segregadores Opus Dei, los pedófilos Legionarios (defendidos por la “santa sede” y JPII), los cómplices de genocidio en Ruanda y el Ku Klux Klan. También los evalgélicos que queman rostros de niños con ácido de baterías acusados de brujería en áfrica, y los cristianos que realizan circuncisiones femeninas (compartido con el Islám), tenemos al pastor Soto y la Westboro Baptist Church. Y para que notar todo lo que se sabe hasta ahora, del no reformado Islám.
¿Qué se puede decir del ateísmo entonces? ¿No son acaso sus militantes igual de extremos como lo demuestra este asesinato?
La acusación siempre está en la veta del “militantismo” que se ha mostrado en los últimos años por parte de los ateos, que por su actitud desafiante -al contrario de la tímida y escondida de tiempos anteriores- ha llevado hasta rebautizar la postura como “nuevo ateísmo” (que no tiene nada de nuevo). Esto a su vez, ha llevado a intentar igualar al movimiento de “descreídos” con el fundamentalismo que se ha desarrollado en las distintas religiones.
Pero nuevamente lamento por las religiones Abrahámicas, que no haya una relación directa entre ser ateo y el asesinar fríamente a alguna persona religiosa, o como en este caso a tres jóvenes musulmanes(as). El ateísmo no es una ideología. Es ilógico que un descreído vaya a matar a alguien porque su “NO-libro”, o su NO dios justifique esta u otra matanza. La postura de este tipo de personas es de negación ante la propuesta de que “el todo” ha sido creado por un ente antropomórfico (e incluso no antropomórfico), y que por esto, uno debe venerar a dicho ente suprapoderoso diariamente, porque si no, uno será castigado en “la eternidad”. Y ojo! que también se es observado por éste personaje diariamente, cuidando de que no se rompan ni sus reglas, ni su veneración. Para poder creer en tal proposición se necesitan ciertas evidencias, las cuales no se han puesto al alcance de ninguna persona hasta ahora, dejando al ateísmo como la negación de una proposición. Por esto no es una ideología, es simplemente una postura frente a un planteamiento.
Sin
embargo la posición no-creyente debe tener una base más allá de no
haber presenciado evidencias convincentes para creer, algo para
explicar su entorno y lo que sucede en él, además de dar coherencia
a su sistema de ideas. Es aquí donde se complementa con distintas
formas de conocer. La más cercana es la ciencia, aunque no
exclusiva, por esto hay ateos que pueden creer cosas tan
descabelladas como la visita de extraterrestres, en energías al
estilo new age, etc. pero tal como esta forma de conocer, hay otras
formas de entender el mundo que pueden tener rasgos ideológicos en
si, tal como el humanismo, feminismo, liberalismo, etc. Se conoce por
ejemplo, el intento de mezclar o exigir un poco más del ateísmo
como posición, y dar el siguiente paso en preocuparse más de las
problemáticas en el resto de la sociedad, y definir cuál debería ser
el norte del ser humano en términos sociales. Esto se hizo mezclando
la ciencia con el feminismo radical, pasando por la conclusión atea.
A este fracaso rotundo por sus sesgos, agresividad y censura a priori
se le llamó Atheism+
(plus), que al parecer se acabó por desangramiento y criticas
hacia éste.
En
este sentido -y mucho antes- apareció lo que se llama la postura
anti-teista, que se opone y desenmascara activamente al teísmo y la
creencia en dios, expresa una gran preocupación por los regímenes
teocráticos y los males que provoca, o en términos amplios, a la
imposición de una visión por la autoridad supuestamente divina de
un regente, el cual dicta e impone sin posibilidad de debate, todo
código tanto legal, de convivencia o conducta. Pese a tener rasgos
anticlerigales, su oposición activa es a través de actos de
denuncia y crítica acérrima, y no por medios armados o represivos,
ya que entienden a la libertad -a secas, o de culto- como un valor
primordial para el desarrollo humano. En el fondo ve a la religión
como un fenómeno principalmente negativo para un positivo desarrollo
de la especie, las sociedades y el individuo.
Pero
los apologistas no han quedado solo en la caricatura del ateo
militante, sino que apuestan más fuerte, culpando de la tragedia al
“nuevo ateísmo” y sus principales figuras, argumentando que han
sido ellos quienes han azuzado o dado base a la agresión con armas.
En esto, aunque ellos
pueden defenderse por si solos de falsos alegatos, hay que decir
que no hay evidencias patentes de aquello, ya que la mejor arma que
se tiene son los argumentos que por su propio peso deberían cambiar
a las personas, ayudado además por la sátira y la ridiculización
de las pésimas ideas expuestas al escrutinio público.
Finalmente
¿puede
decirse que los anti-teístas son un peligro como lo propone la
flojera de TVN? Es evidente que no. ¿El
ateo militante entonces, es una amenaza a la integridad física de
las personas? En esto, pese a lo que aseguren distintos apologistas
religiosos -por ejemplo Reza
Aslan que ya fue desenmascarado por ex-correligionarios-
no tiene evidencia patente. Esto más bien ha servido para intentar
defender y blindar su(s) religión(es) de críticas, a través de la
creación de un
hombre de paja, y la tergiversación de hechos.
Pero
no se debe ser ciego y evitar ver problemas, lo cierto es que intuyo
que el asesinato cruel de jóvenes inocentes en un lugar de América
del norte, comparte uno
de sus elementos catalizadores con el resto de las sociedades, más
allá del ateísmo. Esto es la caricaturización de los grupos
humanos, el atajo mental facilitado por los estereotipos. No puedo
dejar de pensar que lo que quizá llevó a Hicks, de la furia en su
obsesión por el orden en los estacionamientos a consumar su
estupidez, fue ver a todos los musulmanes como dañinos sin
capacidad de reformarse por una mejor convivencia. Y así tenemos a
un asesino que por X circunstancias es ateo, y no un asesino por ser
ateo.
A Toño Silva M.
A Toño Silva M.